Síndrome de Wendy
- diamantebruto472
- Jun 27, 2022
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Para hablar sobre el síndrome de Wendy es importante saber que se refiere a la necesidad de satisfacer y colmar de deseos a otra persona –normalmente la pareja o los hijos–, dejando los propios en un segundo plano, con los problemas que eso conlleva. Aqui te voy a compartir; ¿Qué es?, Causa, conmsecuencias, Prevencion y manejo de este sindrome.

Seguramente habías oído hablar del síndrome de Peter Pan, tal vez, muchos se preguntaran si el síndrome de Wendy es contraposición del síndrome de Peter Pan. Te planteo el siguiente ejercicio y obtendrás la respuesta: Cierra los ojos y vuelve al país de Nunca Jamás. Wendy es la niña que cuida a los personajes del cuento en el mundo de fantasía, que es capaz de hacer aquello a lo que Peter Pan no se atreve, que asume sus riesgos, sus responsabilidades, etcétera, pero que siempre permanece en segundo plano. Peter Pan, es el protagonista que triunfa gracias a los esfuerzos de Wendy. Abre los ojos y vuelve a la vida real. ¿Te suena? Seguro que si no eres tú misma, alguna Wendy se te ha venido a la cabeza. No es un personaje de cuento de hadas, Wendy existe de verdad y es un problema que requiere que actúes para solucionarlo.

Perfil de afectada por el síndrome de Wendy
El síndrome de Wendy se refiere a la necesidad de satisfacer y colmar de deseos a otra persona, que comúnmente suele ser la pareja o los hijos. Las influencias culturales hacen que sean las mujeres las que tienen una mayor probabilidad de padecer este problema.
Si bien este síndrome no tiene entidad clínica en los principales manuales diagnósticos, lo cierto es que existe una serie de características definitorias del mismo y que nos pueden ayudar a definir el perfil de una persona afectada por el síndrome de Wendy:
Persona a la que el perfeccionismo le lleva a sentirse culpable cuando algo sale mal, especialmente en lo que respecta a satisfacer a otros.
Se siente imprescindible; es ella quien debe encargarse de hacer las cosas.
Su idea de amor es igual a la de sacrificio. Se resigna al malestar, al cansancio y al resto de consecuencias negativas que trae consigo el desgaste debido al cuidado de otra persona.
Asume las responsabilidades y tareas de su Peter Pan, por lo que, en caso de no serlo, asume el papel de madre de su pareja.
Evita los conflictos e intenta hacer feliz a la otra persona dejando a un lado su propia felicidad.
Se disculpa o se siente culpable por las cosas que no le ha sido posible hacer.

Causas del síndrome de Wendy
El miedo al rechazo o abandono es la principal causa que, en interacción con otras variables (ser mujer, influencias culturales, estilo educativo, rasgos de personalidad, etcétera) puede dar lugar al síndrome de Wendy. Este miedo irracional y con características patológicas hace que de forma compulsiva cumplan los deseos de los otros asumiendo las responsabilidades de la otra persona y sobrecargándose ellas mismas, por lo que, aunque ellas generalmente lo desconocen, lo cierto es que son mujeres fuertes y con una gran capacidad para tolerar la frustración. Sin embargo, estas dos características tan comúnmente deseables las manejan en su contra.
Las influencias culturales o un estilo educativo en el que se realza la figura de la mujer como cuidadora y responsable de las cargas familiares pueden aumentar la probabilidad de que se padezca ese síndrome, ya que se fomenta la idea de la mujer como encargada del cuidado y bienestar de los otros.
Por otro lado, rasgos de personalidad como la baja autoestima o la introversión, unidos a la necesidad de afecto son otros de los principales motivos que dan lugar a este problema.
Consecuencias del síndrome de Wendy
El síndrome de Wendy es difícil de detectar, ya que todavía en muchos contextos la conducta que lleva a cabo la mujer que lo padece es la considerada como la deseable. Por ello, se debe tener en cuenta la influencia de la cultura para considerar este comportamiento como un trastorno o no. Sin embargo, con independencia de que estos comportamientos sean considerados como un síndrome o como lo esperable, lo cierto es que “vivir así” trae consigo una serie de consecuencias negativas a nivel emocional y de pareja:
Tristeza y soledad: estas personas acaban por sentirse solas, sin nada que las satisfaga. Además, pocas veces se da las gracias por algo que ellas mismas hacen que se considere como “un derecho”.
Depresión y trastornos de ansiedad: sentir que no llegan a todo lo que se proponen unido a la falta de refuerzo por el entorno que le rodean puede dar lugar a problemas emocionales.
Burnout (estar quemado): este síndrome, comúnmente asociado al ámbito laboral, también puede aparecer aquí por la incompatibilidad y ambigüedad de tareas, falta de tiempo para sí misma, etcétera. Esto hace que se sientan agotadas y al límite de sus posibilidades.
Problemas de pareja: el síndrome hace imposible el principio de equidad en la pareja a partir del que ambos miembros son iguales a la hora de asumir responsabilidades.
Prevención y tratamiento del síndrome de Wendy
Al igual que en el caso del síndrome Peter Pan, también en el síndrome de Wendy la mejor prevención llega desde la infancia. Es en esa etapa cuando comienza nuestro desarrollo social y de la personalidad, cuando se forman los roles asociados a nuestra identidad. Por ello, es muy importante el estilo educativo y las creencias que transmitimos a los más pequeños en esos momentos a través de las normas (la niña pone la mesa mientras su hermano descansa) o mediante los juegos (¿cuántas veces hemos visto a un niño jugar a ser enfermero? En el mejor de los casos son los médicos a los que la enfermera les ayuda a finalizar su exitoso trabajo). Por ello, es importante educar en la igualdad desde la infancia.
Cuidar nuestra autoestima también nos ayudará a prevenir este tipo de trastorno. Una persona con sana autoestima es capaz de revisar su concepto de amor dándose cuenta de que lejos de ser resignación o sacrificio, amar es un medio de obtención de cosas agradables por ambas partes.
Mejoras del síndrome de Wendy
Acabar con la idea de “si me esfuerzo mucho por ti verás que te quiero y así no me dejarás” es la base de la terapia en el síndrome de Wendy. El objetivo principal de la terapia es que pierdan el temor a ser abandonadas o rechazadas si no hacen todo lo que el otro quiere, ya que, si no se trabaja esta idea irracional, es difícil que lleguen a modificar su comportamiento. Para ello, a lo largo de la terapia se revisa con la paciente en qué otras situaciones de su vida se ha comportado de esa manera con el fin de ayudarle a tomar conciencia de su miedo.
Posteriormente, mediante técnicas cognitivas se trabaja la idea irracional actual enseñándole a ver la relación con su comportamiento, ayudándole a percatarse al mismo tiempo de cómo este miedo no le ayuda a conseguir su objetivo, sino a entrar en un círculo vicioso en el que su miedo se incrementa por la “no exigencia” de atenciones y afecto por parte del otro.
Al mismo tiempo, se debe entrenar a la paciente en habilidades interpersonales como aprender a “decir no” y delegar tareas, con el fin de fomentar el principio de equidad en la pareja cuya relación frecuentemente está deteriorada.

Finalmente, el síndrome de Wendy puede no ser tal y enmascarar una necesidad de control al otro (“si yo me hago imprescindible para ti, yo tengo más poder que tú; te controlo). Sólo un diagnóstico exhaustivo puede diferenciar ambos problemas, que llevarán consigo un tratamiento diferente.
Ahora bien, si puedes comenzar a liberar creencias y conductas adquiridas que te llevan a querer tener el control en resolver, proveer y construirle la vida al otro; ya sean hijos, parejas, amistades, etc y sueltas esa necesitad de sentirte pleno atravez de estas conductas, podras enfocarte en construir, resolver y proveer una vida para ti.
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